A los chilenos le aumentaron el
20% de los subtes e hicieron soberano despelote en Chile, con 15 muertos y
cientos de detenidos, por el “aparentemente” pequeño aumento que hizo el
gobierno de Chile con los subterráneos.
Si hubiese ocurrido una cosa así
en la Argentina con seguridad ni nos hubiésemos enterado. Y no es que este mal
que los chilenos, en Chile, protestaran por el 20% de aumentos en los subtes,
porque si comparamos con los aumentos del Rey de la mentira, Mauricio Macri, no
pretendemos imaginar ni queremos, la cosa hubiese sido dramática.
Aquí en la Argentina los aumentos
fueron terroríficos y estamos seguros que si se hubiesen producido en Chile,
hoy seriamos tierra arrasada por el descontento popular.
Los chilenos agredieron la
Embajada de Chile en el centro de Buenos Aires, hubo disparos, gases
lacrimógenos, detenidos. Y uno piensa: estas actitudes, ¿Qué tienen que ver en
el centro de Buenos Aires? Obviamente que si a los chilenos le aumenta de $15 a
$80 los peajes, y los chilenos se enteran que esos peajes son del presidente de
La Nación, en gran parte, no queremos pensar la catástrofe que los chilenos
hubiesen hecho atrás de La Cordillera.
Los argentinos demostramos ser
mansos, y bastantes tontos para votar. Le creen a cualquiera, y lo decimos
porque Mauricio Macri es peor que un cualquiera.: un delincuente con 14 causas
con la justicia y que le robó al Correo Argentino 80 millones de dólares, o
algo así. El presidente pidió bajo cuerda, que se dejara sin efecto ese caso de
delito contra el país, pero parece que en el Congreso de la Nación la única que
se preocupa por hacer desorden es la gorda Carrió.
Faltaría que vengan a hacer
desordenes los panameños o los ecuatorianos también, como para mantenernos entretenidos
ante las cámaras de la televisión.
Se cuidaron muy bien cuando
aumentaron de $15 a $80 el peaje, de que la gente se enterara que el principal
accionista de las sociedades constructoras de rutas y autopistas era nada menos
que el presidente de La Nación… pero habia orden de que eso no se hable. Y de
eso no se habló, ni en clarín, ni en La Nación… solo en un pequeño Diario con
64 años de destapar mentiras que hay en la zona de Cañada de Gómez.
No podemos quedarnos callados,
aunque lo prometimos. Pero si vemos que el presidente se da el lujo de callarse
o de gritar sin importarle lo que habia prometido antes, nosotros podemos hacer
lo mismo.
EL DIRECTOR.