miércoles, 23 de octubre de 2019

CHILENOS: NO JODAN.



A los chilenos le aumentaron el 20% de los subtes e hicieron soberano despelote en Chile, con 15 muertos y cientos de detenidos, por el “aparentemente” pequeño aumento que hizo el gobierno de Chile con los subterráneos.
Si hubiese ocurrido una cosa así en la Argentina con seguridad ni nos hubiésemos enterado. Y no es que este mal que los chilenos, en Chile, protestaran por el 20% de aumentos en los subtes, porque si comparamos con los aumentos del Rey de la mentira, Mauricio Macri, no pretendemos imaginar ni queremos, la cosa hubiese sido dramática.
Aquí en la Argentina los aumentos fueron terroríficos y estamos seguros que si se hubiesen producido en Chile, hoy seriamos tierra arrasada por el descontento popular.
Los chilenos agredieron la Embajada de Chile en el centro de Buenos Aires, hubo disparos, gases lacrimógenos, detenidos. Y uno piensa: estas actitudes, ¿Qué tienen que ver en el centro de Buenos Aires? Obviamente que si a los chilenos le aumenta de $15 a $80 los peajes, y los chilenos se enteran que esos peajes son del presidente de La Nación, en gran parte, no queremos pensar la catástrofe que los chilenos hubiesen hecho atrás de La Cordillera.
Los argentinos demostramos ser mansos, y bastantes tontos para votar. Le creen a cualquiera, y lo decimos porque Mauricio Macri es peor que un cualquiera.: un delincuente con 14 causas con la justicia y que le robó al Correo Argentino 80 millones de dólares, o algo así. El presidente pidió bajo cuerda, que se dejara sin efecto ese caso de delito contra el país, pero parece que en el Congreso de la Nación la única que se preocupa por hacer desorden es la gorda Carrió.
Faltaría que vengan a hacer desordenes los panameños o los ecuatorianos también, como para mantenernos entretenidos ante las cámaras de la televisión.
Se cuidaron muy bien cuando aumentaron de $15 a $80 el peaje, de que la gente se enterara que el principal accionista de las sociedades constructoras de rutas y autopistas era nada menos que el presidente de La Nación… pero habia orden de que eso no se hable. Y de eso no se habló, ni en clarín, ni en La Nación… solo en un pequeño Diario con 64 años de destapar mentiras que hay en la zona de Cañada de Gómez.
No podemos quedarnos callados, aunque lo prometimos. Pero si vemos que el presidente se da el lujo de callarse o de gritar sin importarle lo que habia prometido antes, nosotros podemos hacer lo mismo.
EL DIRECTOR.