jueves, 16 de abril de 2020

¿APOCALIPSIS? NO!!!




Mucha gente está asustada y no sin razones, sobre este espeluznante, misterioso y desconocido virus que azota a la humanidad entera. De punta a punta en todo el globo terráqueo, es como si Dios hubiese desatado un castigo, aunque dicen que Dios no castiga. Cosa que no compartimos.
La erupción simultanea en todo el  planeta de una terrible y mortal enfermedad, nos hace pensar a muchos que si no estuvo la mano de Dios, enojado por las blasfemias de los líderes, gobernantes, dirigentes y responsables encargados del mundo de hoy. Es algo que metafóricamente se trata de una bomba química hecha explotar disimuladamente en forma estratégica para llegar a todo el mundo.
Que nadie piense que Dios nos mandó un apocalipsis para culparnos de tantos errores cometidos por el hombre.
Las cuarentenas enviadas parecen tener un destino diferente a las buenas personas. ¿Acaso no estará Dios castigando la maldad del género humano descuidando y maltratando este mundo que él nos ha dado?
Pensamos, luego existimos, pero que no nos critiquen por ello. Esto es algo tan misterioso y sorprendente que uno adivina otra mano diferente manejando esta pandemia increíble y mundial que ha conmovido al mundo como si mil volcanes juntos hubiesen despertado simultáneamente en Marzo para que de una buena vez vuelva a ser la riqueza del mundo, el amor y vuelva a ser el desquicio de ese mundo las ambiciones desequilibradas por el bienestar humano.
Hace 73 años un pibe de 9 años jugando a la pelota en un patio de una casa de calle Ocampo 1356 en Cañada de Gómez notó que de pronto se hacía de noche y se hizo de noche para terror de los niños que estaban jugando en el patio de esa casa. Salieron los mayores desesperados a ver qué ocurría en el patio y 8 personas mayores vieron que el cielo se había puesto negro como si fuera de noche.  Era una invasión de langostas, la última que se vió en ese nivel que nos dejó sin trigo, sin maíz, en la miseria de la que nos costó salir.
En ese tiempo también existían grandes ricos comiéndose toda la riqueza de la tierra como en estos últimos tiempos de Macri en el siglo XXI.
¿Le echamos la culpa a un motivo parecido?, es difícil responder esta pregunta, por favor sepan disculpar que siempre o casi siempre nuestros editoriales terminan igual.
Dios nos ayude.

EL DIRECTOR