sábado, 18 de julio de 2020

CREER EN MILAGROS.



Cuando esta vieja mal escogida por Mauricio Macri se instaló cómodamente en el BCRA como si fuera la dueña del país, ella dijo entre todas las barbaridades que dijo que: “la economía argentina no iba a salir porque había muchos jubilados y muchos viejos y eso tenía que terminarse y YA MISMO”.
Parece mentira que esto fuese verdad pero en realidad todo encaja justo en el mal deseo que esta oligarca hizo semejante vaticinio a uno de los países más lindos, grandes y ricos del mundo. Y con grandes riquezas esperando a que se las use, por ejemplo en minería, pesca y en millones de hectáreas productivas que bien podrían ser obligadas a pagar miles de millones de dólares de impuesto inmobiliario y de castigos impositivos a las extensiones no explotadas, en un país que tiene la mejor tierra del mundo y el mejor clima del mundo.
Y mucha mala suerte la de Alberto Fernández que traía en sus bolsillos un montón de hermosos proyectos y su mente llena de grandes ideas y un virus mundial se interpuso entre este momento dramático que vivimos y el futuro y la perspectiva feliz que auguraban los Fernández, su equipo, su gabinete y los entendidos.
Estamos desorientados, es como si algo nos estuviera obligando desde dentro nuestro hacia fuera a creer que la señora Lagarde tenía poderes milagrosos y por eso dijo aquella barbaridad que creemos y asociamos a la pandemia y al coronavirus.
Porque en realidad fue tal como ella lo pidió.
¿Cómo solucionar este tema?... Hay una sola formula: Que Dios se acuerde de nuestra querida Argentina y nos dé una mano.
EL DIRECTOR