jueves, 17 de septiembre de 2020

El silencio de los que hacen.

A veces nos da vergüenza decir lo que decimos con admiración y respeto de esta mujer increíble que es Stella Maris Clérici. Abogada que hizo toda su carrera política en Cañada de Gómez y por eso sabe, de Cañada de Gómez, más que cualquiera de nosotros.

Seguramente algún día se tendrá que ir. Es más, rezamos para que ese día no llegue porque no creemos que haya otra persona dispuesta a tener su trabajo como única meta indiscutible, impostergable y necesaria en los días que ella está viviendo. Seguramente cuando está tomando un cafecito con el gobernador que la valoriza y mucho y con muchas razones, ella después de un sorbito de café debe estar pensando: “¿Qué le puedo pedir a Perotti para mi Cañada?”.

Lo que no es justo es que todos los méritos se los anotemos en el libro del haber a Stella y no dejemos ninguna página en ese libro de obras para los solidarios, generosos e importantes colaboradores, compañeros y funcionarios que ella tiene en la Municipalidad para llegar a cualquier rincón de su ciudad y para llegar y satisfacer cualquier necesidad que su ciudad y su gente, tengan.

Ver el enorme edificio de Tribunales ya levantado no nos permite abundar sobre otra obra monumental que va a afirmar con remaches y por muchos años la Cañada moderna, progresista y avanzada para 50 localidades de la Provincia de Santa Fe, en el edificio que en el norte amenaza levantarse para cubrir una necesidad histórica, puntal, concreta, concisa y necesaria, para poner otra rubrica imborrable a las obras de esta mujer increíble.

 

Cuando pasan varios días y no tenemos un rinconcito en el Diario para decir algo de Stella nos sentimos como faltando a la verdad y periodísticamente e históricamente mediocres.

Está de moda decir: “Es lo que hay”.

Si queremos decirlo así, tenemos que agregar abajo…

“¡Hay un montón!”

 

EL DIRECTOR