sábado, 28 de noviembre de 2020

DIOS SE LLEVÓ AL D10S.

Al morir Maradona se fue el astro máximo del futbol nacional y mundial. Era argentino y era el mejor, el mejor de todos.

Un sacudón movió a todas las canchas y estadios del mundo que disfrutaron y gozaron de la calidad, del talento, de las travesuras, de las picardías, de los inventos y de los goles increíbles de un hombre que superó su condición de deportista y futbolista para convertirse en un símbolo mundial.

Un hombre que dominaba todas las técnicas del futbol pero también de la vida.

Murió Diego Armando Maradona y lo velaron como a Perón y a Evita en la Casa Rosada.

Lo lloraron en Argentina y en todo el Mundo todos los que amaban el deporte y el futbol al igual que nosotros.

Nunca nos olvidaremos de su rostro limpio de pibe travieso y de sus grandes dichos, por ejemplo:

No hace mucho Diego dijo: “Ahora me doy cuenta porque mi vieja decía que no podía comer mucho porque le hacía mal, cuando éramos todos chicos mi vieja muchas veces no comía porque la comida no alcanzaba para todos”.

No hay duda de que nunca jamás habrá otro Maradona construido física, mental y espiritualmente para conquistar al mundo sin haber ido a ninguna institución educativa secundaria, terciaria y universitaria.

Lo recuerdan, lo aplauden y lo lloran en todo el mundo porque Diego Armando Maradona fue, es y seguirá siendo el argentino más grande del deporte y del fútbol que nos enorgullecía a todos dentro de una cancha de futbol y que nos permitió a todos perdonarle todas las travesuras y picardías que hizo fuera de esas canchas.

La conmoción nacional y mundial por la muerte de un deportista y futbolista en el mundo no tiene parangón y comparación. Murieron muchos grandes deportistas, enormes y gigantes, pero ninguno alcanzó el nivel y la grandeza de Diego Armando Maradona.

Se fue a los 60 años y como Dios premia a los grandes que se mueren sin darse cuenta de que su vida aquí, ya había terminado.

Nos dejó mezcladas entre las alegrías y recuerdos el gran sabor de la desgracia, el dolor y la tristeza.

Perder a El Diego, no es cosa que a los Argentinos nos hayan pasado muchas veces.

Dios se llevó al D10S.

EL DIRECTOR