Estos son mis amigos de toda mi vida, que todo el mundo quiso por muchos años, quiere y que querrán por siempre y para siempre, porque eran graciosos, humorísticos, inteligentes, lindos, alegres, simpáticos y hablaban de cosas que a todos nos interesaban y nos gustaban.
Estos son los huerfanitos que desde chicos alegraron nuestras siestas, nuestras tardes, nuestros momentos de entretenimiento y ocio, nuestras infancias y nuestras vidas.
Ahí van esos amigos de los que le hablo:
Upa, Patoruzú, Patoruzito, el Coronel Cañones, Isidoro de Dante Quinterno, Langostino de Ferro, Anteojitos, Hijitus, Largilucho, Pucho, el profesor Neurus del maestro García Ferrer, Inodoro Pereyra y Mendieta del genial Fontanarrosa, Mafalda y sus amigos del gran Quino, Fulmine, el Otro Yo de Dr. Merengue, Doña Tremebunda de Divito, El Vagabundo de Tabaré con su perro pensante, Clemente de Caloi, el gordo Villanueva, Medrano y muchos más que quedaron en la historia de nuestra infancia, niñez, juventud y de nuestras vidas y por supuesto que todavía los tenemos en algún rincón de nuestro corazón.
Es una lástima que todos estos grandes personajes desaparezcan en el espacio y en el tiempo luego de haber florecido en mentes privilegiadas, brillantes y geniales como la de todos estos grandes maestros de la historia Argentina
[ABAJO DEL TEXTO, SATURNINO 004]
“¿No me tocará pronto desaparecer a mi también?”.