La actitud del gobierno argentino con el apoyo del congreso de la nación de quitarles una pequeña e ínfima parte de sus riquezas a los grandes ricos de la Argentina por única vez, no consigue lograr nuestra aprobación.
Les van a sacar una mínima e ínfima suma a los súper ricos de la Argentina que son 12.000, el 0,1 de la población Argentina, no estamos de acuerdo.
Esta actitud no la aprendimos en ningún aula de nuestras escuelas, colegios, facultades y universidades y tampoco fue ninguna vez costumbre nuestra en cualquier situación parecida y similar.
No está con lo que nos enseñaron nuestros maestros, profesores y docentes en la escuela. Ni con las buenas costumbres que nos enseñaron en la familia, a cada uno de nosotros.
Los gobiernos argentinos hace mucho tiempo que tienen una gran deuda con el pueblo argentino, con la gente, con las personas, con los ciudadanos, pero especialmente y principalmente con los humildes, con los pobres y con los indigentes y miserables.
Hay campos enormes y gigantes en la Argentina llenos de cactus y malezas donde nada se cría, nada se cultiva y nada se produce. Nuestro Diario hace más de 50 años que viene pidiendo a los gobiernos de turno que cobren impuestos sobre los campos improductivos donde nada se hace, en los terrenos ociosos. Y que también adecuen y le cobren más impuestos y paguen más los grandes ricos que se quedan con la torta, las masitas y las ricas delicias de la gran fiesta.
Ahí es donde hay que tocar, modificar y reformar la distribución económica y financiera de todos los bienes y servicios que dan nuestras tierras y nuestro país en general.
Esa es la verdadera redistribución de la riqueza y no esto que quieren hacer ahora de manera urgente, emergente y extraordinaria.
No por ser peronistas vamos a estar a favor de esto. Porque, que sepamos, ser rico jamás fue considerado un pecado.
EL DIRECTOR