lunes, 21 de diciembre de 2020

UNA BUENA NOTICIA, ALFREDO MONTOYA ENTRE NOSOTROS.

Se ha mudado a Rosario el que para muchos entendidos de tango es el mejor pianista de tango que queda en el mundo. A la muerte de Juan D’arienzo, pianista genial, la mano del Petiso de Oro Cañadense reemplazo no solo a D’arienzo sino a muchos genios del teclado tanguero.

Alfredo inició su gira por el mundo en Venezuela y luego siguió por muchos países de América, de Europa y de Asia hasta radicarse en Buenos Aires dirigiendo por muchos años a la orquesta del pianista Juan D´arienzo, sin que nadie se diera cuenta sino cuando miraban al piano que no era D´arienzo el que tocaba sino nuestro querido Gardel de Oro 1969 en La Falda, Alfredo Ramón Montoya.

El desorden que hay en Buenos Aires y el hecho de que los hijos de Alfredo Montoya están radicados una en Italia, otra en Rosario y su hijo acá, en Cañada de Gómez, El Petiso de Oro como le decíamos en Ronda Musical, ha decidido venir a vivir a Rosario que es como si volviera a vivir a Cañada de Gómez, por la cercanía que hay entre nuestro pueblo y la gran ciudad.

Seguramente cuando nosotros elogiamos a Montoya como pianista haya gente que crea que exageramos, el que opine así es porque nunca escuchó a Alfredo extasiándose ante la perenne sonrisa de un piano frente a él.

Nuestra alegría es doble, vuelve a estar un gran amigo entre nosotros, pero parece como que el tiempo se hubiese parado para él porque estando igual que hace 20 y 30 años atrás.

Nadie olvidará los espectaculares recitales que dio en Cañada de Gómez gracias a la promoción especial de otro gran amigo nuestro, Omar Martin, radicado hoy con su fábrica en Marcos Juarez.

Montoya fue contratado en Japón, estuvo en Miami, en México y dirigiendo los coros más importantes de Buenos Aires. Que nadie dude que es un honor, un orgullo y un privilegio de Cañada de Gómez tener semejante músico que a los 82 años parece haberse salteado muchos años del almanaque.

 

EL DIRECTOR