sábado, 26 de junio de 2021

CUANDO SARMIENTO JUGABA AL FÚTBOL.

Por José Antonio Ramacciotti.

El fútbol local tuvo una época de oro, jugaban muchos equipos y se
reforzaban a jugadores rosarinos que ya se habían lucido jugando en
Newells y Central, entre otros grandes clubes.
En Cañada de Gómez, Sarmiento no tenía dinero para organizarse en
el futbol, pero entusiasmo le sobraba.
Yo había empezado a jugar en cuarta división y llegaba a primera de
la mano de Italo Pizzi. Pizzi armó un equipo de primera con los pibes
entre los que yo me contaba y levantó el espíritu de todos los hinchas
del gran club. Los Zanotti, el gringo De Marchi, Pancho Cresta, entre
otros que pintaban lindo pero que no tenían compañeros para lucirse,
éramos pibes casi todos pero Pizzi logró algunos resultados.
Inclusive se hablaba de un asado con el que fuimos homenajeados
todos los jugadores de Sarmiento porque habíamos perdido con Sport
por solo un gol. En una mesa de café se van cientos de anécdotas, de
mi recuerdan mi gorra vasca verde, no recuerdan una jugada genial
pese a que hice un par de goles con la casaca del querido Sarmiento.
Un día, una comisión de socios dijo: “Basta de salir últimos o
penúltimos, este año vamos a hacer campaña”.
En pre-temporada en Rosario en unos partidos amistosos hicieron
venir a unos cuantos jugadores rosarinos ya que Rosario era cuna de
cracks, como se sabe. En un partido de pre-temporada donde jugamos
todos los que teníamos un puesto casi asegurado en primera probaron
a un defensor alto, rubio, pachorriento, entre otros.

Al terminar el primer tiempo de ese partido amistoso creo que con
talleres, uno de la comisión de futbol de Sarmiento lo llama al rubio y
le dice: “Pibe, vos cámbiate”.
“En Rosario podes conseguir un lindo puesto en el puerto para
hombrear bolsas”, “Hay que poner más garra en el futbol”.
Le aconsejó el dirigente de la comisión de futbol de Sarmiento.
El pibe tan pachorriento para jugar como para cambiarse, se cambió
tranquilo, le dieron unos pesos y se quedó viendo el segundo tiempo
de ese partido amistoso.
Con los años nos enteramos que ese pachorriento rubio llegó a la
Selección Nacional como Federico Sacchi que triunfó en Newells, en
Racing y en Boca. Imagínense las cargadas que hasta que se murió
recibió el querido dirigente de Sarmiento.
El fútbol es muy caro porque hay clubes que desde entonces, hace 50
años atrás y más, como eran clubes ricos les pagaban muy bien a los
jugadores que venían de Rosario y era muy difícil competir con ellos.
A mi Pizzi me tenía fe porque tenía 11.8 segundos en los 100 metros
llanos. Y le servía para romper la línea defensiva de los rivales aunque
cuando llegaba adelante del arquero lo más probable es que matara a
un pájaro de algún árbol antes que hiciera un gol. Pero Pizzi me tenía
fe. Al menos para complicar defensas.
Un desgarro terrible en la pierna derecha cortó mi carrera futbolística,
para siempre. Porque para no perder el puesto, al domingo siguiente
del partido con Huracán (donde me desgarré) quise jugar igual y mi
pierna ya no sirvió nunca más para el futbol. Y me ligué severas
reprimendas del Dr. Carlos Frías quién fue asesinado años después
junto a su esposa en su propia casa por “Kung Fu” y “Caracortada”
dos criminales y delincuentes que se metieron en su casa.
Muy bueno yo no tengo que haber sido porque los hinchas de
Sarmiento se acuerdan más de mi gorra vasca verde que de alguna
gambeta.