Este
pibe cuando pibe sorprendió a los Diablo Rojos de Avellaneda. Él entraba casi
siempre de suplente pero cuando lo hacían entrar a jugar revolvía el avispero.
Toque, velocidad, visión del juego, y le duraba cambiar el ritmo de los
partidos a favor de los rojos. Todos pensaron apareció el sucesor de Bochini,
pero ahí pasó algo que no sabemos que trabó un poco la carrera de Amaya. Tal
vez lesiones o tal vez independiente no lo cuidó como debía, como un jugador
que tenía un enorme futuro.
No
sabemos que pasó creemos que jugó en el extranjero y bien y hoy con 38 años solamente pero un físico
impecable está en condiciones de darle a Ñuls muchas satisfacciones. Sugerimos
analizar la calidad de este muchacho que pudo haber sido un gran crack del
futbol argentino.